El colpbol, un deporte escolar inventado hace 15 años por el maestro de Educación Física Juanjo Bendicho (Foios, 1973)
recibió ayer en Madrid una mención honorífica en los Premios Nacionales de Innovación Educativa 2011 que otorga el Ministerio de Educación. Además de Bendicho, también fue mención honorífica el proyecto Audiciones didácticas para alumnado de Primaria del profesor Juan Vicente Gil, del IES La Senda de Quart. El colpbol es un deporte disputado por dos equipos mixtos de 7 jugadores que se juega en una pista de fútbol sala. La finalidad es introducir, a base de toques con la palma de la mano, brazos o parte superior del tronco, una pelota en la portería contraria. Nadie puede golpear el balón dos veces seguidas. ¿Cómo surgió el colpbol? |
Lo comenzó a poner en marcha entre 1997 y 1999 en tres colegios públicos de Fortaleny, Albalat dels Sorells y Rafelbunyol. ¿Hasta dónde llega su difusión?
El conocimiento del colpbol ha llegado a centenares de centros de la C. Valenciana, donde 4.000 escolares de más de 50 colegios e institutos participan en la Lliga del Colpbol. Tenemos constancia de que se juega en colegios de todas las autonomías e incluso se han puesto en contacto con nosotros desde Francia, Alemania, Venezuela, Colombia y Argentina donde se está poniendo en marcha.
¿Esperaba llegar tan lejos?
¡Ni se me pasaba por la cabeza! Lo que quería era idear un deporte con el que conseguir que las niñas participasen más, que hubiera una cooperación real, que todos se integrasen en la práctica deportiva. A partir de ahí, que el colpbol se exporte a otros lugares, que otros docentes reconozcan su valor para conseguir esos objetivos, y , sobre todo, el altísimo grado de motivación que despierta entre los niños, han sido las principales alegrías.
¿Qué beneficios aporta?
En primer lugar, que es un deporte en equipo total. Nunca hay posibilidad de que un jugador cree juego por si solo y esté por encima de los demás. Al disponer de un sólo toque, el mejor jugador del equipo no puede crear juego sin sus compañeros, necesita incluso al niño o la niña más limitado. Su éxito siempre depende de la ayuda de los demás. Esto hace que se cree una sensación de equipo, de que todos son importantes y necesarios, lo que tiene una repercusión a nivel de autoestima muy grande. El segundo pilar es el aspecto a nivel de género pues nace como un deporte obligatoria y reglamentariamente mixt0. Juegan niños y niñas juntos y, desde un inicio, lo perciben como algo normal y natural, igual que el resto de actividades que hacen en la vida. Además, al ser muy integrador, permite participar a niños con discapacidad.
©Rafel Montaner. Levante-emv.com